Se me hace difícil escoger entre los duelos que he vivido. El más importante es el del ser significativo que más me influenció y el que más he amado, mi abuela Isabel. Ese duelo fue diferente en la manera de vivirlo y sentirlo, del más reciente - enero 2010 - el de mi madrastra.
La enfermedad de mi madrastra fue larga, 3 años. Durante la misma viví lo que en el escrito se nombra como "Duelo Blanco". Viví muchas emociones pues la relación con ella fue difícil. Sin embargo, en el transcurso de los 3 años de enfermedad, experimente transformaciones en la relación. Tuve oportunidad de expresar a través de mis acciones mi amor hacia ella. Un amor compasivo. Nunca hablamos de sentimientos, pues ella no lo permitió, sin embargo, durante ese período me di cuenta que a veces las palabras dejan de ser necesarias para expresar un sentimiento o manifestar un cambio que abarca mucho más que "palabras". Las relaciones tienen múltiples dimensiones. Nosotras llegamos a un entendimiento, más bien una comprensión una de la otra. Sí, le expresé con palabras el deseo de que me perdonara por haberla juzgado tan severamente. Cuando le expresé el pedido de perdón, hacía ya mucho tiempo que había dejado de necesitar un pedido de perdón de ella. A fin y a la postre, no tengo nada que perdonarle a nadie, pues las personas son como son, y actúan por razones que no tienen que ver conmigo. Asi que no existe nada que yo tenga que perdonar.
Aproveché la oportunidad de esa larga enfermedad para transformar esa relación. Sentí dolor cuando la observé cómo iba muriendo en vida, cómo iba desencarnando, més tras més. Una muerte lenta... Pero no fue un dolor que me paralizaba, sino que lo interpreté como parte de su proceso.
No sentí su muerte cómo una pérdida, sino como el cierre de un ciclo y el nacimiento de otro. Sin embargo, como ella era una mujer llena de vida, llenaba los espacios que habitaba, también sus relaciones. Era la matriarca que hacía grandes fiestas y reuniones familiares. En ese sentido, siento la falta de ese espacio que ella creaba para los encuentros. En estos momentos los hermanos estamos creando nuevos espacios en nuestra cotidianidad, para reunirnos. Conversamos mucho de ella.
De mi abuelita. Pues ella fue la que me crío al morir mi madre. Yo tenía 3 años, y todo la vida la sentí como si fuese mi mamá y asi la quise. No sufrí su muerte. Era un ser especial, amoroso, paciente y un ejemplo de fortaleza y humildad. Me dió tanto en vida... Murió a los noventa y tantos, asi que vivió plenamente. Yo tenía unos 35 años cuando ella murió. Recuerdo que el día que la enterramos, al llegar del cementerio, le escribí una carta que guardé entre pétalos de rosa. Estuve varios días experimentando una especie de "éxtasis"; lo nombro así pues no encuentro otra palabra. La percibí tan bien y tan realizada que me sentía con una gran paz... Nunca he sentido su ausencia, me dejó llena de ella.
2.¿Cuales son los errores más comunes que suelen adoptarse ante una persona que demanda ayuda en un proceso de duelo?La indiferencia de los seres de los cuales se espera tener apoyo.
El rechazo de la expresión verbal de dolor, u otras manifestaciones de dolor.
No acompañarla, en todo el sentido de la palabra.
Decirle lo que tiene que hacer con su dolor. Por ejemplo: tienes que ser fuerte, debes superar esto, etc..
Tratar de controlar su estado de ánimo proponiéndole viajes o mudanzas para que se desconecte de la rutina que tenía.
Esta pregunta es compleja pues una cosa es el duelo y otra la obsesión.
Cuando un paciente me presente un duelo que aún lleva a flor de piel, sin embargo, la causa ocurrió hace como unos 3 años atrás. De inmediato me surje la idea de que no vivió el duelo como un "proceso", sino que se quedó estancado en medio de ese proceso y lo continúa viviendo, actualizándolo cotidianamente.
Lo primero que yo haría sería descubrir en que etapa del duelo se encuentra "congelado". Esto sería mediante preguntas de poder e invitando al paciente a desarrollar la conciencia testigo.
Lo próximo sería descubrir "para qué" este paciente alarga su duelo. Si es que está obteniendo un resultado por alargar su duelo. Por ejemplo, que sientan lástima por el, que lo noten y le den atención. Hay que explorar por donde anda su estima propia. Pues después de 3 años la situación no se trata del que murió, sino del mismo paciente, tiene que ver con él y cómo maneja sus procesos de vida. En esta parte tomaría en cuenta si el paciente es obsesivo..
Exploraría cómo el paciente irradia la actitud de duelo al resto de su vida.
Lo apoyaría con ejercicios. Le haría sentir que expresar su dolor es apropiado y le enseñaría cómo hacerlo de maneras en las que se sienta seguro. Le ayudaría a fortalecer su estima propia y su capacidad de superarse. Le haría sentir mi compañía y apoyo.
¿Qué te ha llamado más la atención de este escrito?Considero que fue mucho material. Aún tengo que re-leer para continuar absorbiendo. Entre los aspectos que llamaron mi atención están:
Me aportó muchísimo el ejercicio práctico sobre pérdidas y las gráficas. El ponerlo por escrito me ayudaría a darme cuenta de los procesos de una manera desapegada. Es una gráfica a la que podría ir añadiéndo información. Me aportaría mucho al auto-conocimiento o auto-descrubrimiento.
Me aportó mucho la narración de Tolstoy, la historia del emperador que tenía 3 preguntas que nadie había podido responder. La historias son maneras fascinantes de brindarnos aprendizajes. En cortas palabras esta historia ilustra la importancia del AHORA, cómo el momento perfecto para ejercer nuestra influencia. La persona más importante es aquella con la cual estamos en el AHORA, y contribuir a que esa persona esté mejor es lo más importante en el AHORA.
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